El síndrome de Cushing en perros puede clasificarse en tres tipos, dependiendo de la causa que provoque el incremento de cortisol, de ahí la importancia de la identificación para su tratamiento. Puede ser debido a:
- Tumor de la glándula pituitaria: Hiperadrenocorticismo dependiente de la hipófisis. Causa más común en perros. El tumor provoca que la glándula pituitaria produzca en exceso la hormona ACTH, estimulando las glándulas suprarrenales para que generen cortisol. Puede ser benigno o maligno y según el tamaño pueden presentarse distintos signos clínicos. Si el tumor hipofisiario crece puede afectar al cerebro, dando como resultado signos neurológicos en el animal.
El síndrome de Cushing en perros puede clasificarse en tres tipos, dependiendo de la causa que provoque el incremento de cortisol, de ahí la importancia de la identificación para su tratamiento. Puede ser debido a:
- Tumor de la glándula pituitaria: Hiperadrenocorticismo dependiente de la hipófisis. Causa más común en perros. El tumor provoca que la glándula pituitaria produzca en exceso la hormona ACTH, estimulando las glándulas suprarrenales para que generen cortisol. Puede ser benigno o maligno y según el tamaño pueden presentarse distintos signos clínicos. Si el tumor hipofisiario crece puede afectar al cerebro, dando como resultado signos neurológicos en el animal.
- Tumor de la glándula suprarrenal: Hiperadrenocorticismo dependiente de la suprarrenal. Puede ser benigno (adenoma) o maligno (carcinoma). En el primer caso la extirpación quirúrgica es la solución y cura la enfermedad. Si se trata de un carcinoma, la cirugía puede ayudar; pero el pronóstico no es muy favorable.
Uso prolongado de esteroides: Administración excesiva, tanto en altas dosis como a largo plazo, de esteroides, en este caso se denomina Enfermedad de Cushing iatrogénica, siendo reversible al interrumpir o reducir la medicación.
Dieta para perros con Síndrome de Cushing
Una vez que se le diagnostique e identifique el tipo de enfermedad de Cushing , el animal debe recibir tratamiento farmacológico (con medicamentos de por vida) o quirúrgico (extirpación del tumor hipófiso-dependiente o suprarrenal). Deben seguirse además recomendaciones para apoyar el bienestar del perro a través de modificaciones en su alimentación.
Los perros con síndrome de Cushing tienen un mayor riesgo de diabetes, pancreatitis, infecciones del tracto urinario, presión sanguínea alta, cálculos en la vejiga e insuficiencia cardiaca congestiva, por lo que se debe diseñar una dieta que evite que el perro llegue a desarrollar otros problemas de salud.
En los perros diagnosticados con síndrome Cushing se debería evitar el consumo de alimentos de baja gama, ya que estos contienen niveles muy elevados de grasas, sodio, fibras y purinas, lo que puede provocar un efecto adverso, agravando la afección y los síntomas de la enfermedad. Se deben eliminar también suplementos de calcio, ya que los perros con esta enfermedad son más propensos a los cálculos renales de oxalato de calcio.
Se recomienda alimentar al perro con una dieta especialmente formulada rica en proteína altamente digestible que, además, puedan potenciar el sistema inmunológico de un perro debilitado por esta enfermedad.
Teniendo en cuenta, además, que los perros con síndrome de Cushing pueden presentar posibles infecciones urinarias o alteraciones renales secundarias, es recomendable un alimento formulado para el cuidado renal.
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